viernes, 29 de noviembre de 2013

PROYECTANDO DE DENTRO AFUERA

Después de la clase pasada, en la que presentamos el estado de nuestra propuesta hasta ese momento, hemos decidido reflexionar más profundamente sobre la vivienda. Porque será a partir de esa reflexión cuando podamos formular una propuesta de célula de habitación capaz de, mediante su asociación y combinación, proporcionarnos la morfología de los edificios residenciales de nuestra actuación.

Para ello nos ha sido de mucha utilidad los ejemplos mostrados en la clase teórica. En mi caso concreto, he intentado seguir el concepto de Raumplan de Adolf Loos. Según él, cada estancia debe poseer un volumen adecuado, no solo en planta, sino también en altura. Se producen entonces unos saltos de nivel entre los distintos espacios, que son recorridos en circulaciones en espiral.

Casa Moller. Adolf Loos, 1927.

También me sirvió como referencia un proyecto actual, extraído de la web Dezeen magazine. Se trata de un apartamento en Madrid, de tan solo 20 m2 de planta pero con unos 5 m de altura, en el que su usuario se mueve entre los espacios domésticos y los de trabajo como un personaje de videojuego, usando escaleras de todo tipo que conectan las plataformas insertadas en ese único espacio alto y estrecho. Aunque lo subí al perfil de Facebook de la clase:


https://www.facebook.com/pages/Esayt_Proyectos-MADC/258247497541542

adjunto unas imágenes que creo clarificadoras:


Apartamento en Madrid. MYCC, 2013.


Axonométrica.

Sección

Así que comencé por un volumen sencillo, un prisma de 10 x 6 m de planta, y 6 m de altura. Lo fragmenté y lo volví a recomponer, intentando escalonar las estancias.


Primera maqueta de trabajo en poliestireno.


En la segunda maqueta, de cartón y acetato, ya pude avanzar más en la definición de los espacios interiores. Para su dimensionado, utilicé un módulo de 1,20 m en las tres direcciones.


Segunda maqueta, vista desde el norte.

Segunda maqueta, vista desde el sur.


Fue a partir de entonces cuando pude dibujar estos esquemas de planta y sección:










Estos esquemas me han servido para realizar un modelado 3D, del cual ha salido el render adjunto (he eliminado una de las pantallas para mejorar la comprensión).






De esta forma se consigue disponer de 9 estancias distintas, con superficies comprendidas entre 6 m2 y 18 m2, en 6 niveles diferentes, y con alturas libres de 2,20 y de 3,40 m. Como en el ejemplo citado del apartamento en Madrid, creo que la eliminación de paredes interiores permitirá “ampliar” los espacios, reducidos de manera voluntaria al buscar un ancho de crujía estrecho, que consiga el doble objetivo de optimizar el soleamiento de la vivienda y de hacerla permeable a la vista.

Y todo ello con un aprovechamiento razonable de la superficie construida. Si descontamos el área dedicada a las escaleras, la superficie “habitable” sería de 96 m2 sobre los 115 m2 que se obtendrían haciendo dos plantas de 9,60 x 6,00 m. Es decir, un 83%.



jueves, 21 de noviembre de 2013

NUEVO MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE NUEVA YORK. ÁBALOS & HERREROS. 2003

    
 Esta propuesta de Ábalos y Herreros quedó seleccionada dentro de las cinco finalistas, en el concurso convocado en diciembre de 2002, para el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York. Sin embargo, fue el proyecto de Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa (SANAA) el elegido para ser construido.

     Siguiendo las indicaciones de nuestro profesor, que nos sugirió que el invernadero que los arquitectos españoles situaban en lo alto de su torre, podría servirnos de modelo para la coronación de nuestros edificios, empecé a buscar información.

     Después de varios días de búsqueda estéril, acabé encontrando estas imágenes en el número 351 de la revista "Arquitectura COAM", en la biblioteca de la UCJC. Parafraseando a Álex Rovira en "El laberinto de la felicidad", las cosas "siempre están más cerca de lo que imaginamos, aunque las busquemos lejos". Él se refería a la felicidad. Pero esa es otra historia...

        También he localizado imágenes de este proyecto en el libro que se editó para la exposición del año 2005 "Ábalos & Herreros. Grand Tour", pero no he podido obtener imágenes con suficiente calidad.

      En vista de lo poco documentado que se encuentra este proyecto en internet, y dado que la página web del estudio (www.abalos-herreros.com) ya no está disponible, me he decidido a publicarlo.



Vista frontal de la maqueta
Detalle del invernadero en la maqueta

Sección




Plantas
Vista lateral de la maqueta

Fuente: Revista "Arquitectura COAM", nº 351, pag. 24-25





MAQUETA DE EXPLORACIÓN DEL GRUPO DOMÉSTICO: MI APORTACIÓN PERSONAL

El sábado pasado tuvimos la pre-entrega de las propuestas para Stavanger East.

El grupo doméstico, en el que me incluyo, presentó la suya. Para comprenderla mejor, adjunto la memoria que preparé, que incorpora también las reflexiones de otros miembros del grupo:


La idea de partida es el fuego como elemento que ha proporcionado cohesión a las relaciones familiares y sociales desde la antigüedad. Para  ello se han posibilitado unas zonas comunes, protagonizadas por el fuego, en las que se puede cocinar y posteriormente comer de forma colectiva, la cosecha de las zonas destinadas al “urban farming” dentro de nuestra propuesta.
Para protegerlas de la lluvia, estas zonas comunes han sido dispuestas bajo una gran losa perforada mediante una constelación de huecos de diferente tamaño, dependiendo de su uso (ventilación e iluminación, comunicación vertical, recogida de aguas…)
Sobre dichas zonas comunes, y bajo la losa perforada antes citada, se ubica la parte más pública del programa de las viviendas. Quedan reservadas, por tanto, las plantas por encima de la losa para la parte más privada de las viviendas, que se articulan entorno a las escaleras que discurren por su interior.
Para conseguir la mayor insolación posible en un lugar donde solo luce el sol la tercera parte de los días del año, pero sin renunciar a las vistas al fiordo, la mayoría de las viviendas ha sido dispuesta ocupando los lados noreste y noroeste del perímetro de la parcela, de modo que arrojen su sombra hacia el mar.
En el resto de viviendas, las que ocupan el interior de la parcela, se ha buscado que nunca proyecten su sombra sobre otros edificios vecinos en el periodo comprendido entre los dos solsticios, además de evitar que existan zonas extensas en penumbra permanente durante el periodo invernal.

El “urban farming” puede practicarse, bien al aire libre, bien en ambiente controlado, de manera que se prolonga el  periodo de actividad, y se amplía la variedad de productos a cultivar.

Durante el proceso de generación de la propuesta, aporté al grupo unos croquis que adjunto:


En el primero, ubicaba todo el programa residencial en los bordes de la parcela, con la triple intención de disfrutar de las vistas al fiordo, recibir el sol sin obstáculos y no proyectar sombra sobre la superficie interior de la parcela.


En el segundo, se indica en sección un posible reparto del programa, buscando maximizar la superficie receptora de los rayos solares. Se estudió con una inclinación de 30º, que corresponde a los equinoccios: deseché hacerlo en el solsticio de invierno, porque esa inclinación es demasiado grande, de 7º, y las horas de sol son tan poco frecuentes que no consiguen levantar las temperaturas medias por encima de 0º C; y tampoco en el solsticio de verano, con 54º de inclinación, porque la posibilidad de proyectar sombras sobre otros objetos es menor.



En el tercer croquis hice una definición preliminar de los edificios de vivienda. Eran módulos de crujía estrecha, de unos 6 metros, que permitieran una fácil permeabilidad visual a su través, y que proporcionaran a la vez las vistas al fiordo y la orientación sur deseada. Estructuralmente y formalmente hablando, la propuesta era soportada por los núcleos de comunicación vertical. Se proponía un apantallamiento de sus caras transversales. Estos núcleos, que alternaban las escaleras de uso público y las de uso privado (para las viviendas de doble altura), alojaban en su interior los ascensores y los tiros de chimenea, respectivamente.

Y, para buscar la reminiscencia del desaparecido paisaje de las chimeneas de las fábricas de conservas, se proponía que esos núcleos de comunicación vertical se elevaran notoriamente sobre el nivel superior de los módulos de vivienda.

La versión final de lo entregado utilizó la estrategia que propuse de concentrar la edificación en los bordes de la parcela que dan al mar, pero formalmente se concretó en otro modelo, tal como se puede comprobar en la foto de la maqueta que adjunto.



"ESCRITOS Y CONVERSACIONES". Fco. JAVIER SÁENZ DE OÍZA (II)

     Hace unas semanas se trató en clase el aparente divorcio que existe entre la arquitectura disciplinar y la sostenibilidad. Es decir, la gran distancia que parece existir entre la enseñanza de la arquitectura en las aulas de las escuelas, y los criterios de desarrollo sostenible que se han ido incorporando a la práctica de la arquitectura desde hace años.

    Sin entrar en nuestro caso particular, ya que contamos con el presidente de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura como profesor, y sería fácil entrar en el terreno de la adulación, he encontrado un párrafo en "Escritos y conversaciones" en el que Sáenz de Oíza relaciona lo que él llama "movimiento ecologista y juvenil" y la arquitectura:

     Todo este movimiento ecologista y juvenil es, efectivamente, poner orden en el mundo, y ésta es en realidad la definición de la arquitectura. Los órdenes clásicos se llaman "órdenes" porque es la manera de ordenar un mundo que se complementa con el mundo natural.

     Poner orden en el mundo. Esas cinco palabras sirven a Oíza para describir la motivación de aquel movimiento que acabó desembocando en la preocupación actual por un desarrollo sostenible. Y la identifica con su propia definición de la arquitectura, estableciendo una hermosa relación entre la arquitectura y la naturaleza, ya que aun teniendo la función de ordenar el mundo, no niega la segunda, sino que se complementa con ella.

        No se me ocurre mejor manera de acortar esa distancia entre la enseñanza de la arquitectura que recibimos y la práctica de la sostenibilidad, que recordando las palabras del afamado arquitecto navarro.

        
      


lunes, 21 de octubre de 2013

"ESCRITOS Y CONVERSACIONES". Fco. JAVIER SÁENZ DE OÍZA (I)

He empezado a leer este libro, en el que se recopilan textos y entrevistas de "un arquitecto que no quería escribir", en palabras de su hijo Javier Sáenz Guerra. Al leerlo he reconocido numerosos mensajes que vengo escuchando a los profesores desde que, en septiembre de 2010, comencé mis estudios de arquitectura.

Sin embargo, el primero que me ha llamado la atención, ha sido un mensaje que no he percibido tanto en el ámbito universitario, como en el contacto diario con los profesionales de la arquitectura.

Me refiero a la consideración de los arquitectos como miembros de una élite: "la masa es la masa y la minoría es la minoría. Punto. Yo no acudo a la masa para operarme del corazón, sino a una minoría que sabe del corazón".

Y como consecuencia de lo anterior, entender que la función social del arquitecto se realiza desde "un peldaño por encima" de lo que él llama "las masas": "En los últimos cincuenta años [se refiere al periodo 1936-1986] las masas se han sentido autoras de sus propias creaciones y nosotros hemos sido sus servidores sociales en el peor sentido de la palabra, en el sentido crítico. No hemos debido responder a ese grito de las masas, tal como hizo Van Gogh, que nunca hizo caso de si le compraban o no. Teníamos que haber hecho caso omiso de lo que quería la sociedad. Yo, afortunadamente, lo hago siempre". 

Aunque se destila una actitud didáctica al decir: "cuando me he creído servidor social [...], es cuando he atacado a mi servicio social, porque era encerrarme en mi cuarto y hacer la mejor arquitectura para hacer comprender a la masa la distancia que hay entre [...] las casas que habitan y las casas con que sueñan los arquitectos".

No obstante, debemos poner este discurso en su contexto histórico, si pensamos que la entrevista en la Oíza pronunció estas palabras se produjo en 1986, cuando el Posmodernismo estaba en plena vigencia, que reivindicaba la incorporación a la arquitectura de los gustos populares.

Sin duda, y en palabras de Santiago de Molina, el arquitecto posee "una forma específica de mirar el mundo". Pero al igual que ocurre con otras profesiones a las que se accede después de un difícil proceso de formación, como médicos o ingenieros, no debemos caer en la soberbia, definida en el Diccionario de la RAE como "satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás".

Quizá ocurra que todos aquellos arquitectos "satisfechos y envanecidos por sus propias prendas", hayan olvidado estas otras palabras del mismo Sáenz de Oíza: "...yo creo que es tan creativo hacer una ventana como repartir cartas o hacer pan por la noche para que coman todos los vecinos por la mañana. Cuando la labor es reconocida, cuando sabes que no estás haciendo un trabajo sin nombre, todas las labores son hermosas".

No era mi intención tratar este tema con tanta extensión. Quizá me hayan traicionado mis ganas de saldar viejas deudas pendientes con algunos arquitectos con los que traté en el pasado desde mi condición de aparejador. Y, no creo que sea casualidad, ninguno de ellos se encuentra entre los que yo recuerde como más capaces.

En cualquier caso, la precaria situación laboral que nos muestran las estadísticas que hemos conocido recientemente, en lo que se refiere a titulados de arquitectura, nos permiten suponer que esa soberbia está en vías de extinción. En su lugar, debemos dar la bienvenida a la naturalidad que postula Santiago de Molina en su texto "Nuevos paradigmas en educación, ciudad y arquitectura", cuando dice: "Del arquitecto hoy [...] parece reclamarse [...] la naturalidad de un técnico que asuma la aspiración de responder a su arte con razones de necesidad".


lunes, 23 de septiembre de 2013

TEXTO DE SANTIAGO DE MOLINA EN LA CIUDAD VIVIA

Como primera actividad del curso, adjunto mi reflexión personal sobre el texto "Nuevos paradigmas en educación, ciudad y arquitectura", publicado por Santiago de Molina en La Ciudad Viva.

El debate que surgió en clase fue corto, interrumpido por la llegada de los invitados, y apenas dio tiempo a comentarlo por completo. Pero, desde luego, había mucho más que decir sobre este interesante texto.


NUEVOS PARADIGMAS EN EDUCACIÓN, CIUDAD Y ARQUITECTURA


El autor analiza en su texto el cambio que están experimentando las relaciones entre la arquitectura y la sociedad, desde tres puntos de vista:

‐ La relevancia social de la figura del arquitecto,
‐ La educación que recibimos los futuros arquitectos, y cómo se ve afectada por el acceso los medios digitales de información,
‐ Y el papel del arquitecto en los nuevos foros de participación ciudadana.

Para el primer aspecto, el de la figura del arquitecto en la actualidad, Santiago de Molina propone una tesis difícilmente refutable: el arquitecto del siglo XXI ya no es un profesional cuyo objetivo es su propia gloria, sino que, desde la naturalidad, ofrece sus conocimientos técnicos y humanísticos a la sociedad, con el propósito de responder con su trabajo a razones de necesidad.

En el segundo ámbito, el de la enseñanza de la arquitectura, el autor hace una reflexión profunda sobre el enfoque de la mayoría de escuelas de arquitectura, donde se premia la genialidad del alumno. Dicho enfoque lo considera caduco y alejado de la realidad. En su lugar, propone una enseñanza comprometida con la ciudad y los ciudadanos. Ya no se debe preparar a los alumnos para la producción de espectaculares imágenes de difícil (o imposible) materialización, sino que se los debe formar como personas que saben hacer arquitectura.

Ante esa afirmación, podríamos hacerle la siguiente pregunta al autor: “¿Y en qué consiste saber hacer arquitectura”. De Molina nos da una pista, al hablar de la forma específica de mirar el mundo de los arquitectos. Algo de lo que, en mayor o menor medida, ya habíamos detectado los que habíamos tratado con ellos.

“¿Y cómo se consigue esa forma de mirar el mundo?”, podríamos seguir preguntando. Aquí no he encontrado una clara respuesta en el texto. Quizá sea la misma respuesta que obtuve cuando pregunté por qué no había enseñanza de arquitectura on line: porque se necesita la presencia de un profesor, de un maestro. Estoy convencido de que, en buena medida, nuestra manera de entender esta profesión cuando salgamos, estará condicionada por los profesores que hayamos tenido cada uno.

Y, por último, Santiago de Molina hace referencia al papel de mediadores que los
arquitectos tenemos (o tendremos) en los nuevos foros de participación ciudadana, surgidos al margen del sistema socio‐político vigente, en lo relativo a los nuevos modelos de ciudad.

Aunque el autor admite que el proceso de cambio social será largo, y que convivirá con los viejos paradigmas durante cierto tiempo, se muestra convencido de su éxito. A mí me gustaría ser tan optimista como él: los poderosos son demasiado fuertes.